Transición Energética y calentamiento global: ¿Por qué prepararnos hacia el nuevo modelo?
Situación Actual
Cerca de una quinta parte de la población mundial (1,600 millones de personas) carecen de acceso a la electricidad y cerca 2,400 millones aún cocinan o calientan sus hogares con fuentes de energía fósiles básicas como carbón, leña, estiércol o biomasa. Para el caso de #Panamá, son poco más de 90,000 hogares (que representan un 1% de la población urbana y 12% en el sector rural)1 los que aún no cuentan con el suministro eléctrico ni fuentes de energías no contaminantes para cocinar. Es evidente que el crecimiento de la población ha generado un aumento en la demanda de las #energías, lo cual es un desafío por atender del que la Región y nuestro país no se escapan.
Aunado a esto, el impacto que las fuentes fósiles representan para la atmósfera en el aumento de los gases de efecto invernadero (#GEI) es de casi el 80% del total. El calentamiento global genera efectos irreversibles en la naturaleza como: incremento en el nivel del mar (lo que provoca inundaciones, que a su vez afecta cultivos, genera poblaciones damnificadas, enfermedades, etc.), huracanes, incendios, sequía y desertificación, acidificación de los mares y tierras (afectando la biodiversidad), desequilibrando así todo el ecosistema necesario para poder sobrevivir. En Panamá, cerca del 50% de las emisiones de gases de efecto invernadero por quema de combustible proviene del Sector Transporte, un 20% proviene del sector energético, otro 20% de las industrias manufactureras y la construcción y el otro 10% de otros sectores. La buena noticia es que ha aumentado también el nivel de demanda y atención por fuentes de energías limpias y renovables, y en contraste la demanda de petróleo para generación eléctrica se está reduciendo a escalas a nivel mundial.
Esta situación nos ha colocado en una posición en la que es preciso establecer modelos innovadores que faciliten el acceso a energías limpias a las comunidades menos afortunadas, así como sistemas de producción orientados a reducir, mitigar, compensar o en la medida de los posible evitar la generación de carbono a la atmósfera, en búsqueda de reducir los impactos y aumentos en el calentamiento global.
Marco Regulatorio
Panamá es miembro signatario de los marcos definidos para la reducción del calentamiento global, siendo parte del Protocolo de Kioto, Acuerdo de París (2015) y reafirmando su compromiso en la enmienda de Doha. De hecho desde el año 2002, Panamá constituyó el «Programa Nacional de Cambio Climático» (PNCC), el cual facilitó la incursión en diversas líneas de acción, orientadas a dar cumplimiento a los compromisos adquiridos ante la Convención Marco de las Naciones Unidas contra el Cambio Climático (CMNUCC) sobre la mitigación, vulnerabilidad y adaptación al Cambio Climático. Se estableció desde ese entonces la Política Nacional de Cambio Climático, la cual constituye el marco orientador de las actividades a desarrollar por el sector público, privado y la sociedad civil en general, de modo que las mismas consideren la gestión de cambio climático, para contribuir con la estabilización de los gases efecto invernadero, promover medidas de adaptación y asegurar el desarrollo sostenible.
Políticas Públicas para la Descarbonización y la transición energética
El desafío en este aspecto es complejo, pero no imposible, y la transición hacia un modelo de negocio más responsable y sostenible ya no es opcional sino mandatoria, de manera que se están orientando esfuerzos para la reducción, mitigación y compensación de los impactos directos e indirectos al calentamiento global.
En virtud de ello, se han establecido lineamientos y regulaciones a través de políticas públicas que impulsan y garantizan modelos operativos innovadores, resilientes, inclusivos y responsables con el ambiente y la Sociedad, lo que ha llevado a establecer planes y programas estratégicos, como por ejemplo “El plan nacional para la Transición energética” 2 coordinado e impulsado por la Secretaria Nacional de Energía; y los Programas “Reduce Tu Huella” (de Carbono) y “Reduce tu Huella Hídrica” , bajo el liderazgo del Ministerio de Ambiente, que promueven, conducen y guían a las organizaciones (públicas, privadas y organizaciones de la sociedad civil) a una recuperación económica a partir de iniciativas que permitan reducir costos a través de procesos más eco-eficientes y sostenibles, y hacia una transición que permita una gestión adecuada de los impactos ambientales sin menoscabar la rentabilidad de los modelos de negocio. Para garantizar su éxito, es necesario desarrollar e impulsar una robusta Campaña de concienciación que permita sensibilizar a nuestra Sociedad y reconocer que Todos (sin distinción de clase social, género, raza, religión, edad) somos parte de este Plan. Y desde nuestro rol como Sociedad civil debemos ser fiscalizadores de todas aquellas iniciativas que se financien y desarrollen para tal fin.
Grupos Interesados
Estos cambios requieren a su vez del desarrollo de nuevas actividades económicas, nuevos negocios y por consiguiente nuevas competencias que deberán planificarse para contar con una mano de obra preparada para afrontar estos cambios. A fin de garantizar una transición justa, es necesario que las iniciativas encaminadas a promover la descarbonización vayan acompañadas de políticas que faciliten la reubicación de los trabajadores, fomenten el trabajo decente en las zonas rurales, ofrezcan nuevos modelos empresariales y apoyen a los trabajadores que hayan podido ser desplazados y a sus comunidades.
La Agenda de Transición Energética (2) como hoja de ruta, envía a su vez una clara señal a los inversores en momentos de alta incertidumbre pronosticados por analistas para los próximos años. Empresas importantes como #ENSA, #ENEL_GREEN_POWER, #CELSIA como grupos de interés de alto impacto, han estado adaptando su modelo de negocio hacia servicios de eficiencia energética, descarbonización y/o movilidad eléctrica, preparando el camino y la infraestructura para lograr que esta agenda sea una realidad.
Lo cierto es que promover, fiscalizar y asegurar la continuidad en la ejecución de los planes y programas sociales y ambientales que han sido creados como resultado de políticas públicas y marcos jurídicos establecidos, así como contribuir a través de la eficiencia de los procesos orientados a reducir los impactos ambientales y de nuestros recursos naturales y garantizar la transparencia del sector público y privado, redundará en beneficios económicos y sociales considerables y hacia un progreso sostenible, y por el contrario el no hacerlo reditúa en impactos exponencialmente negativos.
Pregúntate. ¿Qué esfuerzos estás haciendo de manera individual para hacer un mejor uso de la energía (eléctrica y combustible) y de los recursos en general?. ¿Estás comprometido con una reducción en la emisión de carbono y gases contaminantes de cara a impactar positivamente en el desarrollo sostenible?.
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Referencias
- Cifras de Banco Mundial https://datos.bancomundial.org/indicator/EG.ELC.ACCS.RU.ZS?locations=PA
- Gaceta oficial N° 29163-b, Resolución de Gabinete N°93 que aprueba los Lineamientos estratégicos de la Agenda de Transición energética https://www.gacetaoficial.gob.pa/pdfTemp/29163_B/81944.pdf
- https://www.miambiente.gob.pa/panama-entrega-compromiso-a-la-convencion-de-las-naciones-unidas-sobre-cambio-climatico/
- https://cdn1.miambiente.gob.pa/
- https://www.pa.undp.org/content/panama/es/home/presscenter/articles/2019/cambio-climatico–panama-revisa-su-compromiso-ante-la-onu-para-f.html
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- Transición Energética de Panamá. https://www.instagram.com/p/CR9vKmVLW6r/?